Todos estamos de acuerdo en que comer es uno de los mayores placeres de la vida, pero una buena comida no se reduce solo a un buen plato, sino que el acompañamiento tiene mucho que decir. Por ello, hoy en el blog os traemos unos trucos básicos de maridaje para acompañar vuestros aperitivos y comidas con el vino más adecuado. Sigue leyendo ?
- Hay que concebir comida y bebida como un todo: el primer paso para un buen maridaje es saber que tiene que existir una armonía entre comida y bebida. Es decir, no podemos pensar en ello por separado, sino buscar la forma de que uno complemente y potencie el sabor del otro.
- El equilibrio es la clave: siguiendo con el punto anterior, conseguir un equilibrio entre vino y plato es esencial, por ello, hay que seguir una sencilla regla. Si el plato es ligero y de sabor simple, por ejemplo, unos mejillones, lo acompañaremos de un vino con más sabor. En cambio, si el plato es complejo, como un arroz con langostinos, lo mejor es maridarlo con vinos más simples.
- Primero los vinos ligeros y luego los pesados: otra de las reglas de oro es ir de menos a más en cuestión de intensidad, tanto con los vinos como con la comida. De esta forma, podremos apreciar mejor los sabores de los vinos y de cada plato, pues un vino muy intenso al inicio puede ‘matar’ el sabor de todo lo que comamos y bebamos después.
- Maridaje regional: una recomendación que nos gusta especialmente es apostar por productos de la zona de la comida que estés tomando. Por ejemplo, si estás comiendo un delicioso bacalao del norte, lo mejor, sin duda, será acompañarlo de un txakolí.
Si quieres animarte con el maridaje, te recomendamos que pruebes cualquiera de los productos de Aguinamar® con un vino blanco joven, ideal para acompañar pescados y mariscos.